Madrugada


Nada más salir de la boca del subte me topé con una cantidad inmensa de gente, esto no es una excusa; lo menciono porque por esto y algunas cuestiones fortuitas en el  camino  llegué de madrugada; no sabía donde dejar mis cosas ni qué decir.

 

No hay palabras adecuadas en un lugar donde acaba de morir un ser querido.

 

No sé si tendrá que ver esto con alguna burla del destino o toda esa sarta de mentiras que las familias esconden; pero lo cierto era que la tierra había dejado de girar alrededor del sol, no amanecía más.

 

Corroboré con todos los dispositivos que tenía cerca la hora, incluso llegué a creer en los números que marcaba el microondas, pero aún no amanecía.

 

La vida cotidiana seguía su rumbo; había que elegir la ropa y desempolvar un traje, de preferencia oscuro, decía mi abuela a su modo; en silencio, mirando al vacío.

 

Y ahí llegó el batacazo, cuando me tocó limpiar los retazos de ese traje;

 

Era negro, tirando a azul, y supongo que la última vez que lo usó debería estar brillante.

 

Lo vi a mi abuelo; con el cabello engominado, fumando algún puro traído de vaya a saber donde; imaginé su época de jugador y apostador, presionando la revistita de los caballos, poniendo la pierna de una misma forma para conservar la buena suerte. Fuerte, acostumbrado a enfrentar todo lo que le pasaba y a esconder lo que nadie más podía saber.

 

Y por fin llegué a un agujero interno del bolsillo en el que encontré billetes amarillentos con lo que seguramente hoy podría pagar la infinita cuota del auto.

 

Y ahí estaba mi abuela, con la oscuridad de la eterna madrugada, peleándose con su fantasma.

 

En su cara de señora cansada le escribía una carta en la que le preguntaba qué le pasaba, por qué se había ido antes si el arreglo que tenían era otro;  que ahora ya no estaba entera y no sabía cuánto más iba a poder seguir y en letras mayúscula le aclaraba que todavía no lo podía perdonar porque dejarla así fue el error más que grande que cometió.  

 

 

Y yo pensaba que la situación mejoraba.  Sí… todavía pensaba cosas así.

Entiendo que seguramente quieren saber qué pasa, pero van  a tener que esperar la próxima publicación. 

 

 

 

 

 

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