Oportuno

 


Es bueno viajar de vez en cuando a un lugar que creemos escoger, llegar y que nos retuerzan como repasador empapado. Vas en un subte y te topas con cuerpos equivocados, como el tuyo y el mío que vaya a saber porqué, cómo, cuándo y dónde tuvieron el derecho de coincidir.

Tengo la espalda huesuda, a veces cansada. Me gusta dormir en lugares incómodos porque disfruto de lo inconciliable, de los intermedio, porque soy del equipo de los tibios. 

Estar en medio de la marea y hacer la plancha porque a veces uno tiene atascado un cascote en el pecho y no sabe con qué o con quien quedarse. 

Es bueno viajar de vez en cuando y llegar para arruinar lo que vinimos a arruinar porque hay que empezar de nuevo, otra vez, porque la línea va torcida, está todo al revés y lo que nos queda a los fallados es la prepotencia, es salir y aceptar de una vez en cuando las cosas que nunca pasan, pasan. 

Cuando me fui, guardé lo poco que tenía por el presentimiento de que todo está mal en este infierno de país, el pecho me lo decía y lo que dice mi pecho y la gastritis nunca falla ya que viven en la eterna anticipación de una posible tragedia. 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Naná

Pretérito Imperfecto