Feliz año, nuevo



Es difícil no recurrir a un manual de instrucciones cuando no sabemos como hacer funcionar el lavarropas; decía que tenía que presionar la tapa, le di una patadita extra pero no hay caso, no funciona.


Cortázar es mi gurú en temas de instrucciones de la vida, ya sé como llorar e incluso, como subir una escalera.
Hace poco comenzamos un nuevo año, paso a detallar en modo imperativo lo que debes hacer para el buen augurio. A mí me resultó.


Vístase de colores claros.


Cocine esa receta que jamás cocinará.

 

Duerma siesta, así aguanta hasta altas horas de la noche.
No llegue tarde a la cena en la que lo esperan personas con su mismo apellido.

 


No defraude a nadie con comentarios inoportunos.


Póngase una bombacha rosa y use su mejor perfume. (El de ocasiones especiales).


Espere mensajes de buenos deseos y respóndalos.


No se deje intimidar por comentarios de padres que tienen hijos exitosos viviendo afuera.


Ponga el canal con la placa roja que siempre dice cuanto tiempo queda.


No llore por lo que hizo mal.


No perdone al que se equivoca siempre, aunque siempre se disculpe.


No hable mal de dios porque esas cosas si escucha.


Si quiebra al abrazar a su madre, que no se note. La gente va a pensar que está deprimido.


No recuerde la infancia porque es ahí en donde entra la autocompasión y ¡zas! La puerta se derriba de golpe y una tempestad te desgarrará el corazón y la vergüenza hará que vuelen los platos (que solo se usan para ese día), las tazas (de la tía que te cuidó de la gripe en verano), las botellas de un espumante francés y tropezará con las fotos de los viajes al mar que su familia hizo en un auto morado.


A las 4 a.m. levante los restos del mantel ya manchado con la verborragia de algún melancólico.

 


Bese a su padre en la frente y cúbralo con la manta de la silla; cuidado que no esté la gata durmiendo en ella.


Salga sin hacer ruidos y no tenga cerca un teléfono; evite llamar a un ex amor porque es en vano.


Abra el álbum de recortes mentales de la gente que amó en distintos momentos y llore; tranquilo que nadie lo está viendo.


Póngase el cinturón, conduzca con los colores del amanecer y pregúntese por las cosas que ha perdido.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Naná

Pretérito Imperfecto

Oportuno