El Gran Cañón


A esta foto la saqué con una cámara barata en un viaje que hice hace unos años; extraño ese viaje, a la persona con la que lo hice y a la vida que estaba aceptando dejar.

Estou com saudade del tiempo precioso que estaba viviendo; no extraño el frío ni los veinticinco céntimos que dejé ir, seguramente siento melancolía por otras cosas que ya se fueron, y que así como ese telescopio, el gran cañón y aquellos años, los abandoné (o me abandonaron) y solo me persiguen en un recuerdo, de un recuerdo que ya no sé si es mío o es de otro.


A la cámara barata la cuidé hasta el último día, a cambio, ella me sostuvo; era un intercambio sencillo y concreto, como la relación que tenía con mi gata.

Por la tarde, antes de regresar la perdí, o se fue, no sabia bien como enfrentar la situación, ahora lo veo como una cuestión semántica. Y me indigné conmigo, con el país, con el sistema y con todo lo que sucede... en un mismo orden (pensaba).

 

Siempre supe que eso de perder o dejar ir era una inclinación innata en mí, y me deprimí; pero esa vez no lloré; no sabía por qué o por quién hacerlo, soy egoísta para hacerlo por un otro y ya estoy grande para hacerlo por mi.

 




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